La confianza es un tema delicado en todo sentido. Y cuando se encuentra inmerso dentro del mundo de los negocios o el corporativo, genera mayor controversia. Una de las razones por la cuales se pierde confianza a nivel empresarial, es por la presencia de deudas que solo generan fricción en la manera en que se relaciona una compañía con otra.
En lo que se refiere al término deuda, se define como una obligación por parte de una persona o entidad que solicita un bien de manera inmediata que no posee, para ser pagado en un periodo establecido entre el solicitante y el acreedor, este último siendo reconocido como quien presta. Generalmente, cuando se trata de compañías, el bien a prestar se trata de dinero.
Al momento en que se establece el plazo a pagar la deuda, y la cantidad a prestar, se establece un interés, que será un beneficio que recibirá el acreedor por ofrecer sus servicios. No obstante, cuando se realiza este tipo de pactos, vienen acompañados de condiciones que permitirán la seguridad de la transacción. Si el deudor no ha cumplido con el pago en el periodo establecido, se le considera automáticamente como un moroso.
Las deudas empresariales
A pesar de que los términos préstamo y deuda son manejados en distintas áreas, se han convertido en un tema de relevancia en el mundo empresarial. La idea de que el nombre de una firma decida incursionarse en una deuda, puede considerarse como una oportunidad de crecimiento interno, que permita el desarrollo a nivel del mercado. Sin embargo, a pesar de que se considere como una ventaja, suele ser contraproducente dependiendo del estado financiero actual de la entidad.
Las maneras en que una empresa puede adquirir una deuda, son variadas. Uno de los casos más recurrentes son las deudas a proveedores, donde la compañía con la que se mantiene el contrato, sigue ofreciendo sus bienes y servicios a la compañía deudora siempre y cuando se rija bajo las condiciones establecidas, así como el plazo acordado para el pago. Igualmente, las compañías suelen solicitar créditos bancarios, de tal manera que se logre cubrir las necesidades de la empresa. En estos casos, se puede optar desde préstamos tanto en nombre de la firma como personales, hasta créditos hipotecarios.
Sin importar la fuente de donde se obtenga la deuda, estas pueden variar según la exigibilidad de su plazo de pago. Se considera de mayor exigibilidad si esta excede un plazo menor de un año, mientras que la exigibilidad será menor, si el plazo es mayor a un año. Pero una vez que el periodo de liquidación de la deuda se ha cumplido, el acreedor pasará a considerarla como morosa.
¿Cuándo se le considera a una entidad como morosa?
Cuando se establece un contrato para establecer la deuda, se pauta una fecha exacta para finalizar el plazo de pago. Cuando se cumple este periodo, para el acreedor, ya se considera al deudor como un moroso. Pero esto no solo se determina por el contrato. Muchos países han establecido leyes, donde se espalda este hecho, que en su mayoría, no solo lo catalogan como moroso, sino, que además, obligan al pago de un interés por el incumplimiento del contrato.
No solo el acreedor está en capacidad de declarar este hecho. En los casos de que la entidad deudora niegue el hecho, un juez puede determinar si es morosa o no. En tal caso, se dictaminará que la entidad es morosa si pagó la deuda pero no cumplió el plazo establecido, o que no ha abonado ninguna cantidad para liquidar la deuda.
¿Qué son las listas de morosos?
Las listas de morosos son registros que contienen datos de clientes que solicitan préstamos o créditos, que han incurrido en impagos, por lo que no se consideran aptos para la realización de contratos de este tipo. La intención de que se crearan este tipo de listas, es para que aquellas compañías que ofrecen servicios de préstamos y créditos no se vieran afectados al ser contratados por personas o empresas que incumplen los tratos establecidos al momento de incurrir a una deuda.
¿Cómo salir de las listas de morosos?
Aunque entrar en una lista de morosos resulta algo contraproducente, ya que esto afecta el prestigio de una compañía, existe na manera muy sencilla de salir de la lista. Todo se centra en saldar la deuda. Al momento de realizar el pago para cerrar el trato, hay que tomar en cuenta que dentro del contrato se estableció un plazo, y al no cumplirse este, se debe añadir un interés. Al tratarse de un moroso, no solo se debe pagar la cantidad establecida, sino que se debe cancelar el interés para poder considerarse como saldado. Una vez notificado el pago de la deuda, después de un corto periodo de tiempo, los datos de la empresa deudora desparecerán de la lista de morosos.
A todos nos puede pasar que nos incluyan en una lista de morosos por error o por el simple hecho de devolver un recibo de 10 euros de una compra de la que no estás satisfechos. El usuario está indefenso, pero existen muchas opciones para proteger los derechos. Si este es tu caso, te recomendamos contactar con abogados profesionales, como estos abogados Málaga e incluso con empresas financieras que te ofrecen la opción de sacarte de listas de morosos o solicitar préstamos o renting con asnef.
¿Cómo evitar ingresar a las listas de morosos?
A pesar de que en muchos casos, es necesario para una empresa endeudarse, esto no quiere decir necesariamente que ingresará a la lista de morosos. Existen pautas y consejos que permitirán requerir una deuda, y mantener el prestigio de la firma:
- Mantener un control de los movimientos y finanzas que se manejan dentro de la empresa, pudiendo estar consciente de los gastos y ganancias que se registran.
- Se pueden reducir los gastos en compras si estas se planifican, pudiendo establecer un presupuesto que mantenga al margen las finanzas. Así mismo, tomando en cuenta el dinero que sale de la empresa, se puede establecer un cronograma de pagos para disminuir las deudas.
- No se deben recurrir a deudas, si la capacidad financiera de la compañía no es capaz de cubrirlo. También será necesario analizar si se debe añadir una nueva deuda, o solo será una pérdida para la compañía.
- Mantener un registro de gastos, que permita determinar el momento exacto para recurrir a una deuda.