Lo vi, me gustó y entonces lo compré» ¿Te suena familiar? Pues bien, esto es de comprador compulsivo y hoy te traigo un artículo con el fin de que determines qué hábitos de consumo están afectando tu bolsillo.
Esta enfermedad (porque lo es) afecta a hombres y mujeres tanto a nivel emocional como financiero, quienes tratan de compensar un desequilibrio interno a través de la sensación de felicidad que produce la compra de un bien.
¿En qué gasta una persona que sufre de esta patología? Puede ir desde máquinas de afeitar hasta artículos de lujo como obras de arte, pero el patrón es el mismo.
Generalmente inventa excusas aludiendo a la utilidad de lo que compra: «Es mejor tener unas cuantas cuchillas por si se acaban las otras», «Es que voy a cambiar la decoración de la sala, entonces necesito cuadros nuevos», «Voy a renovar todo el armario, siempre me visto con la misma ropa».
Los Síntomas de un comprador compulsivo
- El estado de ánimo induce a la persona a gastar: Cuando se presentan circunstancias adversas un persona puede evadirlas de diferentes maneras: el cigarrillo, el alcohol…. o irse de compras.
- Insatisfacción post-compra:Sucede cuando la persona compra algo y al llegar a casa se lamenta de haberlo hecho. La felicidad del momento se transforma horas más tarde en una sensación de culpa y remordimiento por no poder controlarse.
- El dinero no alcanza:Éste puede ser un primer indicio de crisis financiera a nivel personal. Revisa si estás gastando demasiado en caprichos, cosas que no necesitas, vicios, etc.
- Vulnerabilidad a los anuncios de rebajas:Las frases al estilo de «¡Promoción sólo por hoy!» están dirigidas hacia las personas que no controlan sus hábitos de consumo. Los mercadólogos saben que hay quienes no pueden contenerse frente a «oportunidades que no deben dejar pasar».
- El tiempo libre lo dedica a visitar centros comerciales:Esta costumbre viene derivada del consumismo de la sociedad actual. ¿Te has dado cuenta de que la mayoría de las personas visitan centros comerciales el fin de semana? Como si no hubiera un plan mejor…..
- Los demás notan sus gastos excesivos:El comprador compulsivo vive de contarle a los demás lo último que compró, la excelente promoción que había el fin de semana pasado, la exclusividad de aquel o tal producto… Es frecuente que algunos amigos y familiares le coloquen apodos o lo critiquen sarcásticamente.
- Nunca sale sin su tarjeta de crédito:Mala señal. Algunas personas se escudan diciendo que la cargan «por si acaso encuentran algo y el efectivo no alcanza».
Si quieres dejar de ser un comprador compulsivo mírate primero a ti mismo con base en esto siete síntomas. ¿Gastas en días particulares como el fin de semana? ¿Dejas de usar aquello que compraste hace unos pocos días? ¿Tu salario no dura más que unos pocos días? ¿Tienes varias tarjetas de crédito?
Algunas Recomendaciones:
- Cuando salgas a comprar hazlo acompañado, preferiblemente por alguien que sea mesurado en sus gastos.
- Si te gusta algo, no lo compres de inmediato. Consulta con tu pareja, un amigo o un familiar para que te digan si realmente lo necesitas o es un capricho.
- Sé un buen ejemplo para tus hijos. Recuerda que ellos aprenden muchas conductas a partir de la observación de sus tutores (padres, maestros, hermanos mayores).
- Habla de tu problema con otras personas. Socializar un defecto es una terapia muy efectiva para sorprenderse a sí mismo cuando se está cayendo en la tentación.
- No salgas a comprar según tu estado de ánimo. Cultiva aficiones como hacer ejercicio o inscríbete a un curso de algo que te apasione.
- Lleva solamente el efectivo necesario. Deja las tarjetas de crédito en la casa, o mejor aún cancela unas cuantas.
- Haz una lista de lo que realmente necesitas cuando vayas al supermercado. El 55% de las compras suelen darse por impulsos dentro de la tienda.
Ante todo sé consciente de que la vida es mucho más de lo que puedas poseer o lucir ante los demás.
Lamentablemente la publicidad y la sociedad nos han inculcado la importancia de no dejarse ganar por el vecino y tener más que el resto, pero es claro que la felicidad no se mide por lo que tienes, esperamos que te haya servido de consejos para dejar de ser un comprador compulsivo.